
Otro día en la oficina. Lo mismo de siempre, juntas y más juntas.
Es hora de emprender el largo camino a casa. Lunes. Te preguntas como harás para sobrevivir cuatro días más hasta el viernes.
La vida te responde, uno de los muchachos de la oficina cumple años e irán a celebrar a un bar cercano. Piensas en tú mujer y la cara que pone siempre que llegas a casa con aliento alcohólico, pero por otro lado… Si sales ahora mismo de la oficina con el tráfico de esta hora llegarás prácticamente a la misma hora a casa que si vas al bar por una cerveza con los chicos. A lo mucho una hora de diferencia.
Quizás valga la pena.
Aceptas la invitación y te diriges al estacionamiento presuroso. Entonces en el elevador te llega un mensaje de tu esposa que cambia el destino de tu vida, bueno, quizás estemos exagerando un poco al decir que el destino de tu vida. Lo que es seguro es que cambiará tu lunes.
Juanito, asistirá a un torneo de taekwondo. Una competencia. Por fin, todos tus esfuerzos han valido la pena, cada junta, aguantar a tu jefe, clientes, proveedores, listas interminables de correos electrónicos. Todas esas cosas tan horribles tenían un por qué.
Juanito, tu varoncito. Tu primogénito. Tú heredero defenderá como hombre el honor de la familia en una competencia de taekwondo. Es uno de los momentos más felices de tu vida, es complicado no verlo durante todo el día, llegar a casa cuando está por irse a dormir o a veces ni siquiera encontrarlo despierto.
Y ahora, a su corta edad te da una alegría de esas. Valió la pena que tú mujer lo haya inscrito en la academia, después de que no confiabas en el profesor porque no tenía pinta de ser un tipo rudo.
Todo ha valido la pena.
Juanito asistirá a una competencia de taekwondo.
¿Será ya momento de que toda la oficina lo sepa? ¿Y si no le va bien? Decides esperar para contarle al resto. Esa noche les quedarás mal a los muchachos, enfilas directo a casa. Si encuentras a Juanito despierto, tal vez tengan tiempo de empezar a practicar el uno, dos.
¿Qué hubiera sido de tu vida si hubieras permanecido en el boxeo por más de dos meses?
Dos compañeros de ese gimnasio llegaron a profesionales, uno estuvo cerca de las cumbres del boxeo. Cerca de las mujeres y el dinero. Pero les faltó la disciplina.
Con Juanito no ocurrirá lo mismo. Tendrá que aprender a centrarse. Tú tuviste que salir del boxeo para enfocarte en la escuela, tu padre nunca te apoyó para practicar un deporte y asistir a la escuela al mismo tiempo. Tu no cometerás el mismo error.
Juanito tendrá las oportunidades que tu no tuviste por falta de dinero, falta de educación o quien sabe por qué más. Las cosas eran diferentes antes.
Tienes que tener una seria conversación con él, debe de aprender a darle la importancia adecuada al deporte, a la escuela, tiene que centrarse.
El tráfico está peor que nunca. Recurres a rutas alternas, de esas que ni google tiene registradas en sus mapas. Para eso eres un crack. Al final parece que la vida te sonríe. En la última avenida antes de llegar a casa sucede un milagro, a medida que avanzas los semáforos cambian a color verde.
Una señal de que la carrera de peleador de Juanito será exitosa.
Llegas a casa, a la primera encuentras la llave correcta. Le das un rápido beso a tu mujer y abres la recamara de Juanito.
Esta profundamente dormido.
El fin de semana será el día de enseñarle el 1,2.
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