
Domingo por la mañana, la alegría reina en el hogar porque la presencia del lunes es una amenaza lejana.
Los domingos por la mañana Juanito se levanta temprano para ver caricaturas sin que nadie lo moleste, una vez que se levanta alcanza a mirar la televisión con tranquilidad por un par de horas.
Y ese domingo va a ocurrir exactamente lo mismo. No hay motivo para sospechar otra cosa, sus padres tuvieron una reunión en casa, tal vez hasta tenga más tiempo de ver caricaturas. Juanito se levanta la cama, se despereza, y en cuanto pone un pie en el suelo se abre su puerta de forma abrupta.
-¡Por fin! Ya te despertaste, era hora flojillo. ¿Listo para tu primera lección
Juanito no entiende nada, ¿Primera lección de qué? No recuerda ninguna conversación con su padre al respecto, de hecho no recuerda ninguna conversación reciente con su padre sobre ningún tema.
Tiene mucho tiempo que no ve a su padre con ropa deportiva y eso lo confunde aún más.
-Apresúrate a ponerte el pants, saldremos al parque. El coche está listo.
Juanito piensa rápido. Si le dice a su padre directamente que no quiere ir se armará la grande, así que decide fingir que aún tiene sueño. Esperar en cama y cuando su padre se vaya al parque (cosa que tiene mucho que no hace) bajar a ver la televisión.
Pero su padre está decidido. Se queda en su cuarto y está molestándolo para que despierte. Le hace preguntas sobre sus juguetes y sobre quien sabe cuánto más. No será sencillo hacer que se vaya.
-Johnny, me dijo tú mamá que tienes un torneo de taekwondo. Tenemos que prepararnos hijo, hay que hacer frente a nuestras responsabilidades.
-No quiero ir.
-¿A entrenar? Pues si no entrenas no vas al torneo.
-No quiero ir al torneo.
Pequeño detalle, el señor Juan no había pensado en eso. ¿Cómo que no quiere ir al torneo? ¿Qué no hubiera dado él de niño por ir a un torneo de esos? Donde le dejaran pegarle a otro, a él se lo prohibían y resulta que a su hijo que se lo permiten no quiere ir. No, no no. Eso no puede ser. Los grandes del deporte han sido disciplinados, desde niños. Juanito no puede aprender a flojear desde tan pequeño. No puede decir que no al primer domingo de entrenamiento con su padre.
Don Juan se imagina a Michael Jordan junto con su padre tirando a la canasta, a Andre Agassi devolviendo los saques de su padre. A Messi. Todos los grandes del deporte han sido disciplinados y entregados. Juanito no puede esquivar así su responsabilidad.
A pesar de todo, el señor Juan no quiere explotar, se controla aunque su hijo sea un malagradecido. Si el niño tiene sueño, lo va a dejar dormir, ya cuando despierte entrenarán.
Vuelve a su habitación y a los pocos minutos escucha ruido, la televisión de abajo se encendió y Don Juan siente un gancho al hígado. ¿Ese niño esta viendo la televisión? ¿A escondidas? ¿En vez de entrenar?
Don Juan baja de inmediato a hablar con su hijo, Chabelo es una mentira. Eso de las catafixias esta arreglado. Olvida que alguna vez le prometió a su hijo llevarlo al programa. Don Juan decidEe imponerse y apaga la televisión. Juanito estalla. No quiere entrenar.
Don Juan le dice que si no entrena no verá la televisión, que hay cosas más importantes que ver la tele. Juanito le contesta que siempre ve la televisión los domingos por la mañana a esa hora, que si estuviera despierto se daría cuenta. Don Juan tiene que ceder un poco si quiere que su hijo entrene, acuerdan entrenar en cuanto termine pokemon.
Juanito esta de acuerdo, pero obviamente cuando termina pokemon sigue otra caricatura. Afortunadamente Don Juan es un padre que sabe distinguir entre una caricatura u otra así que cuando ve que lo que esta viendo su hijo ya no es pokemon aprovecha para recriminarle. A Juanito no le queda otra que aceptar.
Justo cuando este acepta, se escuchan los gritos de la madre de Juanito. El desayuno está listo y nadie puede salir a entrenar. El resto del domingo está ocupado entre visitas, compras y tareas. El entrenamiento tendrá que esperar.
Podcast: Play in new window | Download
Deja un comentario