
Martes 31 de Octubre de 2017. El maestro ha decidido que hoy en la clase toca combate, perfecto para un día de muertos. ¿Cuántos muertos caerán hoy? Estamos todos sentados en la orilla del tatami y yo empiezo a platicar con Marcos sobre formas de evadirlo, a él tampoco le gusta, pero sin duda no ha refinados su métodos. Yo soy el maestro de huir del combate, incluso hay clases en las que me he ido sin hacer un solo combate. Todo consiste en disimular de la forma correcta.
-Mira, Santiago no tiene ni idea, se tapa la cara con la careta. Eso es pedir a gritos que el profe te ponga combate.
Si directamente me tapo con la careta estoy seguro de que el maestro me va a elegir para pasar a hacer combate, también si me veo directamente muy gallina.
Así que no me esconderé, pero tampoco lo veré a los ojos. Fingiré una conversación, estoy tranquilo. Si es necesario paso a hacer combate, hago lo necesario. ¿Quiere qué haga combate maestro? Hago combate. Que aquí cobardes no hay.
-¡Juaaaaaaan! Haces combate con … mmm … Silvester.
Oh no puede ser… no funcionó, ¿Silvester? ¿Por qué Silvester? Habiendo tantos niños pequeños y torpes me pone con esa máquina de matar. El padre de Silvester está loco, lo pone a entrenar todos los días y lo llama “mi pequeño Rambo”, aunque no esté tan pequeño.
Pero bueno… tengo que sobrevivir. Tengo al menos que escribir mi testamento… ¿A quién le dejaré mis videojuegos? ¿Cuánto dura un combate? ¿30 segundos? Sólo se trata de no hacerlo enojar. Si yo no le pego fuerte, el tampoco lo hará. Debo de usar mi inteligencia, lo mío es ser inteligente. Entonces, espero a que el combate esté por terminar. Y le suelto una descendente a la cabeza… eso haré jajajaja.
-¿Qué tanto esperas Juan? Pasa rápido. ¡¡¡Chaaaarioooot, kioooonyeeee!!! Posición de combate ¡¡¡Chumbiiiii!!! Combate libre ¡¡¡Shiiiiishaaaak!!!
Ok, ya estoy aquí. ¿Cómo era la estrategia? Oh si, esperar al final. AAAAAHHHHH, cómo duelen esas patadas. Este Silvester es rápido, ¿y si yo también lo pateo? Pero… eso podría provocar su ira, y qué termine golpeándome más. Esperaré un poco más a ver si se toma las cosas más tranquilas. ¿Qué le pasa a este Silvester? O sea, estamos practicando. El torneo aún no ha llegado, dijeron combate ligero además.
¿Qué parte de ligero no entiende? Tendré que remitirlo a la definición de la Real Academia de la Lengua Española de ligero.
Bueno, parece que el combate está por terminar. En cuanto tenga al alcance a Silvester le soltaré una de mis famosas combinaciones. Pierna de adelante y luego la de atrás, ¡si señor! Eso es lo que haré, solo debo de encontrar el momento adecuado.
-Oh, ¿Otra más? ¿Por qué en la cara? Esto duele, me las vas a pagar Silvestre, no mejor no, apenas pienso en patearlo y me da tres patadas a la cabeza. El último torneo lo perdió Silvestre, ¿Qué clase de niños van a esos torneos? Si Silvestre perdió… ¿Cómo me va a ir a mi? Bueno, enfoquemonos en el presente… Le debo de dar al menos una a Silvestre. Fintar, ahí esta la clave en fintar. Fintarlo, engañarlo, y luego patada, patada. ¿Por qué no se come mis fintas el Silvestre? C5)uando practicamos era tan sencillo, yo le abría la guardia, el entraba directo y yo giraba. ¿Por qué no funciona ahora?
Hay, se me ve olvida que Silvestre también vino a ese entrenamiento. Se me olvida que Silvestre no falta nunca, se me olvida que es una máquina. El maestro mira el reloj, está por decir “Alto”. Ahora es mi momento, voy con todo, 3 o 4 patadas, no me espera Silvestre. He estado huyendo todo el combate. 3 o 4 patadas, giros, dobles, allá voy. AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH
-¡¡¡Comaaaaaan!!!
– Juan ¿Estás bien?
-¿Qué pasó? Oh no, mi combinación no funcionó. Me metió tres más.
Podcast: Play in new window | Download
Deja un comentario