
¿Qué día es hoy? Martes. Repasas tus actividades vespertinas, hoy toca llevar a Juanito a su clase de taekwondo. Pasar por él a la escuela, comer aprisa y lidiar con el tráfico. Dejarlo en su clase y aprovechar el tiempo para ir a pagar la luz. Y para colmo hay un problema… el chofer no llegó. Mentira, nunca has tenido chofer.
Todo sale bien, Juanito incluso se come las verduras cocidas que preparaste. Dejas al niño en la clase de taekwondo. Apuras a Juanito para que se suba a la camioneta, la maleta del equipo es más grande que él pero es su responsabilidad. Amenaza con lluvia y eso podrá frustrar tu deseo de pagar la luz mientras Juanito está en su clase.
Gracias a tus supremas habilidades de madre consigues hacer todo, te compras un café y hasta te da tiempo de asomarte un poco a la clase del niño.
Al llegar, notas algo raro en la cara del maestro, cierta tensión. Les esta dando un discurso motivacional a los niños, los llama guerreros, les dice que han sido elegidos y que tendrán que responder a ese compromiso de forma honorable.
Asistirán a un torneo ¿Un torneo?
¿Qué es un torneo?
Lo primero que viene a tu mente es esa pelicula de Van Damme que le encanta a tu marido, si, aquella en la que enfrenta a peleadores de diferentes países. ¿Juanito está listo para eso? Pero si solo lleva 3 meses entrenando… Te preguntas. Tal vez enfrente a niños de otros países. ¿Habrá apuestas alrededor de Juanito?
¿Habrá que viajar a otro país? ¿Será legal?
Estas exagerando un poco, decides bajar un poco más a la realidad, es imposible que Juanito esté metido en eso, con tres meses de clases. En la película todo era clandestino, rodeado de contrabando. Entonces recuerdas karate kid, esa era más real, es más probable que Juanito vaya a un torneo como ese. Con chicos occidentales y güeritos, bueno… el entrenador puede ser oriental para darle el toque. Pero…
El maestro de Juanito… no tiene nada de oriental. ¿Será realmente bueno para las artes marciales?
Antes de informarte más sobre el tema y de seguir echando a volar tu imaginación. Es momento de algo más importante, hay alguien que tiene que saber de inmediato que Juanito ha sido elegido para participar en un torneo de taekwondo, en el torneo más importante de la ciudad se te ocurre agregar.
Claudia… tú vecina. Ya estas cansada de sus presunciones, de sus hijos prodigio, que son capitanes de todos los equipos en los deportes que participan, fútbol, esgrima, buceo, ajedrez, lucha grecorromana y quien sabe que tanto más, incluso pintan, tocan la guitarra y el piano, y escriben poemas en latín y griego. Pero ninguno de esos niños va a ir a un torneo de taekwondo. Esa Claudia se va a enterar…
Le marcas de inmediato… se muestra escéptica, hace preguntas para que las que no tienes respuestas. Te trata de poner en ridículo, aunque son amigas hay cosas en las que no coinciden. Para cortar la conversación terminas diciendo: Pues no sé, si el profe invitó a Juanito es porque algo le vio.
Después de Claudia toca decirle a tu esposo. Que en un principio también se muestra algo escéptico.
¿Juanito? A un torneo… ¿Cuánto le van a pagar?
No sé, le respondes. No se me había ocurrido preguntarme eso. Pero tiene razón, si Juanito va a arriesgar su vida… Algo de dinero tiene que salir… Para él por supuesto.
La próxima clase le preguntaré al profesor.
Tú esposo tiene una expresión de orgullo. Ay mi Juanito, creciendo a pasos agigantados. Quizás sea tiempo de que le enseñe el uno dos.
¿Le pagarán a Juanito para asistir al torneo?
¿Cuánto le pagarán?
¿Juanito está preparado para un torneo?
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